El 22 de mayo de 1974 San Josemaría aterrizaba en São Paulo, Brasil, y comenzaba así un viaje que ese año se extendería hacia Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia -donde por motivos de salud sólo pudo estar en el aeropuerto unos minutos- y Venezuela, país al que volvió en 1975 además de estar en Guatemala.
50 años después, vemos el impacto del mensaje gracias a miles de personas que lo hicieron y lo siguen haciendo vida.